Trinidad, el pasado colonial de Cuba
Trinidad es un lugar indispensable para conocer el pasado
colonial y esclavista cubano. No obstante, pasa por ser el conjunto colonial
mejor conservado de la Isla.
En su día, los propietarios agrícolas, enriquecidos con la
caña de azúcar, levantaron grandes mansiones, palacios y casonas, ahora muchas
de ellas se ha convertido en museos y galerías de arte. Bueno, ellos ponían el
dinero, porque los esclavos africanos ponían el trabajo y los pequeños
detalles, ya que cuando era una ciudad opulenta y con aires aristocráticos solo
los negros realizaban trabajos manuales.
La ciudad invita a pasear y comer rico marisco en alguno de
los restaurantes con música en directo, aunque su empedrado resulta bastante
incómodo para caminar. Fachadas de colores y los típicos coches de los años 50,
le dan alegría a sus calles, que adquieren un color especial a la puesta del
sol.
Varias iglesias y antiguos conventos realzan el aire señorial
de un pasado próspero, la Iglesia de la Trinidad y la Plaza Mayor son símbolos
de una época, y la torre del convento de San Francisco, lo es de toda la ciudad
a destacar por su altura.
Y a pocos quílómetros, la playa de Ancón, una de las mejores
de la Isla, ideal para relajar los pies, molestos por aquel empedrado.