miércoles, 21 de febrero de 2018

De Motril a Merzouga


Por José L. Gallardo

Desde Motril(Granada) a Merzouga, a pesar de la lluvia y la nieve.
Partimos desde el puerto de Motril en el ferry que nos llevara a Melilla. Nuestro destino el desierto marroquí, más exactamente Merzouga.
Es una mañana fresca y seca de invierno con el mar en calma lo que nos permite disfrutar de la vista de Sierra Nevada  y seguir la evolución de los delfines que acompañan al barco en su travesía. A medio camino aparece a nuestra izquierda la solitaria isla de Alborán y a poco más de una hora empezamos a ver a nuestra derecha de forma nítida la silueta del cabo Tres Forcas, penetracion de la provincia de Nador en  el Mediterráneo.
Estamos en Melilla a primera hora de la tarde y, antes de acometer el paso de la frontera hacia Marruecos por Beni Ansa, nos detenemos brevemente a tomar nuestras últimas tapas, a dar una vuelta por la antigua ciudadela de Melilla y recorrer las calles aledañas a la plaza de España para visualizar los edificios modernistas que engalanan sus calles.
Tras pasar la noche en Nador, ciudad marroquí desarrollada en la etapa del protectorado español, sin demasiada relevancia histórica ni arquitectónica, pero con un paseo marítimo limpio y acogedor, con la Marchica de fondo, nos disponemos a tomar el tren con destino Fes, donde nos espera el inicio de nuestra corta aventura por el desierto. Aquí empieza a aparecer la interferencia de los fenómenos meteorológicos que nos acompañarían todo el viaje: la estación y las vías del tren están inundadas y, tras una larga espera, nos vemos obligados a buscar una alternativa para desplazarnos. Por suerte, la opción de los taxis colectivos, que prestan servicio entre todas las ciudades en este país, nos soluciona la situación y por la tarde estamos en Fes, capital religiosa de Marruecos y centro de un triángulo de lugares de gran interés arquitectónico e histórico: Voloubilis y Meknes; y cuya Medina atrapa a todo viajero que se deje llevar por la búsqueda de los rasgos de lo auténtico que aún se pueden apreciar a pesar del impacto del turismo masivo que todo lo invade.

Al día siguiente por la mañana bien temprano, puntual como no es frecuente en este país, aparece el guía con su todo terreno que, junto con otros viajeros, nos desplazará y guiará en nuestra visita al desierto pasando por el Medio Atlas. Ascendemos hacia la villa de Ifrane, “La Suiza marroquí” ciudad moderna refugio de montaña de la clase media sin más interés que sus paisajes y la habilidad en imitar y adaptar el estilo arquitectónico alpino al preatlas. Seguimos nuestro ascenso de la montaña para visitar el bosque de cedros de Azrou y aquí encontramos nuestro primer obstáculo, la policía impide el acceso por el puerto debido a los problemas con la nieve, a pesar de que nuestro vehículo está preparado para el ascenso y, que a otros vehículos con inferiores características técnicas pero mejor predicamento hacia la policía, se les permite el paso. Por suerte nuestro guía no se amilana y busca una alternativa que, aunque conlleva un largo recorrido, nos permite ascender por el puerto de Bouleme  y salvar nuestro primer obstáculo.
Hotel en Midelt
El día está echado y nuestro objetivo de llegar a Merzouga se frustra al encontrarnos el siguiente puerto, que nos permitiría bajar a Rich y Errachidia, también cortado y nos obliga a pernoctar en Midelt la capital de la manzana marroquí convertida en ciudad blanca por la gran nevada caída en las últimas horas. Allí en el hotel Taddart pasamos la noche acompañados de los cánticos y las malas formas de un grupo religioso, no precisamente musulmán, con el cual nos topamos en varias ocasiones en nuestro periplo. Por suerte el hotel es amplio y las habitaciones suficientemente aisladas, pudimos descansar sin interferencias.
Albergue Dunes d'Or
 A la mañana siguiente reanudamos la marcha encontrándonos con los mismos problemas de nieve y de ineficacia de la policía para propiciar la circulación lo que nos retrasó la llegada al albergue “Les Dunes d Or” en Merzouga, tras una corta parada en el palmeral de Ziz  llegamos con el tiempo justo para dejar el equipaje y coger los dromedarios, ya de noche hacia el campamento situado en la base de las dunas.
Noche  fría, animada por el fuego, la comida y los timbales, con la esperanza de que el tiempo cambiase y el amanecer nos sorprendiera con el sol que no habíamos visto desde la salida de Fes. A las 5 de la mañana aguantando el frío nos encaramamos encima de los dromedarios para ascender a la cresta de la duna, experimentando  un amanecer sin sol pero con la grandeza de la inmensidad del desierto.

No nos quedaba tiempo nada más que para comprar unas cajas de los mejores dátiles del mundo en Erfourt y volver a enfrentar la nieve en nuestra vuelta a Fes. Una experiencia distinta por lo inusual del tiempo superada con éxito y contentos gracias a la pericia y disposición de nuestro guia: Jordi



miércoles, 14 de febrero de 2018

Cabo Tres Forcas - Nador

Cabo Tres Forcas - Nador



Atardecer en Charrani
Tras una cómoda y grata travesía marítima  de cuatro horas y media, llegamos a un paraíso, tan próximo como desconocido para gran parte de los habitantes de la península ibérica.
Procedentes de Motril desembarcamos en la ciudad autónoma de Melilla, uno de los pequeños pedazos de Europa en continente africano.
El fenómeno de la migración nos tiene acostumbrado a ver en cualquier pueblo o ciudad, una gran cantidad de personas de lugares y culturas diversas que vinieron en busca de una vida mejor. En Melilla es diferente, se percibe que todos ellos son autóctonos, de origen rifeño o español, pero todos ellos melillenses.
Antes de continuar nuestro viaje, vale la pena hacer un alto para recorrer la ciudad.
 La actual Melilla era conocida como Rusadir. Es una de las dos ciudades autónomas españolas en el norte de África, a orillas del mar Mediterráneo, se ubica frente a la localidad almeriense de Adra.
Situada en la región del Rif marroquí limita con Farkhana (al norte y al oeste) y Beni Enzar (al sur), ambas pertenecientes a la provincia de Nador.
Se encuentra en la parte oriental del Cabo Tres Forcas. Tiene una extensión total de 12’5 km cuadrados de superficie y unos 84.000 habitantes.
Cuenta con una fortaleza construida entre los siglos XVI y XVIII con almacenes, aljibes, pozos, baluartes, fuertes, cuevas, hospitales y una particularidad: una de las capillas es la única obra religiosa de estilo gótico que se encuentra en el continente africano. Los fuertes exteriores fueron construidos a finales del siglo XIX.
Junto a Barcelona, su patrimonio arquitectónico está considerado como uno de los mejores exponentes del Modernismo español de principios del siglo XX.
-Museo de Historia, Arqueología y Etnografía: los Almacenes  de las Peñuelas albergan este museo, se construyeron en 1781 bajo el reinado de Carlos III y el mandato del gobernador Antonio Manso.
-Cuevas del Conventico: cueva prehistórica. Excavada por el hombre, su comunicación con los edificios del Convento y el Conventico le dan nombre. Mantiene unos nichos excavados en la roca donde dormían los soldados durante los asaltos.
Tras disfrutar de la ciudad y despedirse de las cañitas por unos días, pasamos la frontera.

MARRUECOS

El Reino de Marruecos o Reino Alauí, por cercanía geográfica, intereses comerciales, historia…, comparte muchos lazos con España.

   Adentrándonos en el Cabo Tres Forcas

Nos dirigimos a Tibouda, el pueblecito donde nos vamos a alojar. Es una localidad situada en el extremo del cabo Tres Forcas, enclave que pertenece a la cabila (municipalidad) de Beni Sikar, en la provincia de Nador.
Se trata de una zona con unas características geomorfológicas que condicionan la vida de sus habitantes. Un espacio abrupto que sufre un cierto aislamiento respecto a otras poblaciones, cuyos recursos son limitados y sus habitantes quedan reducidos a pequeños pueblos que viven, de la pesca y de una agricultura y ganadería de autoconsumo.
Por otro lado, nos encontramos en un entorno natural excepcional, de gran riqueza paisajística, donde infinidad de especies, tanto vegetales como animales, se desarrollan en unas condiciones medioambientales extraordinarias. La mayoría de sus habitantes son bereberes o amaziges y existe también una minoría árabe. El idioma materno de la región es el “tamazight”, el árabe y el francés se enseña en las escuelas, muchos de sus habitantes hablan  también español,  como consecuencia de la presencia española durante los años del protectorado y por la proximidad con Melilla.

La casa de Tibouda

La casa donde nos acogen es un edificio tradicional rifeño que contiene varias viviendas. Es austera, ya que está basada en criterios de ecología y sostenibilidad, evitando  causar  impacto alguno, ni de tipo social ni medioambiental, en una zona tan deprimida y con una población cuyos recursos son escasos. A pesar de ello, cubre sobradamente las necesidades del viajero y el lugar donde se ubica es un lujo para los sentidos. 

La Mar Chica

La Mar Chica o laguna de Nador es una laguna de agua salobre  de 115 km². Tiene una profundidad máxima de 8 metros y se encuentra a pocos kilómetros al sur de Melilla.
De forma semicircular, está separada del mar Mediterráneo por dos franjas arenosas: una de 10 km de largo al norte y otra de 12,5 al sur. A estas dos franjas de tierra las separa una bocana de 120 metros de ancho que conecta la laguna  con el Mediterráneo.
En sus orillas se encuentran las ciudades de Nador (en la orilla interior), Beni Ansar  (fronteriza con Melilla, al norte), y Kariat, al sur.
Por su interés biológico, en la Mar Chica se llevan a cabo diversos estudios de investigación y dada su importancia para las aves acuáticas está incluida en la lista de Sitios de Interés Biológico y Ecológico (SIBE).

Monte Gurugú

 Es el punto más alto de la península del Cabo Tres Forcas y forma parte de la Sierra de Nador. Domina la ciudad de Melilla y a principios del siglo XX fue testigo de las luchas entre tropas españolas y los rifeños liderados por Abd el-Krim.
Tiene una altitud de 890 m y desde su cumbre se puede disfrutar de unas vistas espectaculares de Melilla, Nador y la Mar Chica. En días claros se pueden divisar Argelia, las islas Chafarinas e, incluso, Sierra Nevada.
En sus laderas encontramos varias colonias de monos de Berbería y, un importante yacimiento arqueológico dependiente de la antigua Rusadir llamado Taxuda, de época romana, donde se han documentado muchas cerámicas y ánforas con una cronología entre los siglos I a.C. y I.
Chimenea de Hadas

El zoco

Es el equivalente a nuestro mercadillo. En Marruecos son muy tradicionales, especialmente los que se celebran al aire libre. Algunos tienen lugar en un determinado día de la semana, del cual toma el nombre, tanto el zoco como el lugar donde se celebra. Su actividad puede ser semanal o diaria dependiendo de la importancia que tenga tanto la población como la extensión y número de puestos. En Al-Ándalus, y posteriormente en los reinos cristianos hispanos, se estableció un sistema de administración del mercado, su responsable  era un funcionario cuyo cargo recibía el nombre de zabazoque  (Zabazoque es una palabra de origen árabe-hispano con la que se designaba, entre los siglos IX y XI, al funcionario que regía los mercados locales en los reinos de Castilla, León y Aragón). Del zabazoque dependían el resto de los funcionarios del mercado, entre ellos los almotacenes. El almotacén,  es en principio, una figura traída de los zocos árabes. Su misión consistía en una especie de chivato bajo las órdenes del zabazoque, encargado de controlar los incumplimientos de las ordenanzas. Sus principales funciones fueron el control de pesos y medidas, la fijación de precios, la limpieza... Sin embargo, este oficio fue ganando posiciones hasta asumir las funciones del zabazoque. El almotacenazgo pasó a ser un puesto voluntario, no remunerado, que fue especializándose hasta llegar a requerir en 1086, ser alfaquí, teniendo que adquirir por tanto, los conocimientos jurídicos necesarios para tal cargo.

Cazaza

Fue un asentamiento desde época prehistórica, así lo demuestran los restos de sílex que se han encontrado, los vestigios de época romana también son abundantes. Probablemente fue un importante núcleo portuario en la antigüedad, que no se volvería  a reactivar hasta la Edad Media. Aquí desembarcó Boabdil en su camino hacia Fez cuando decidió abandonar La Alpujarra (lugar donde vivió tras entregar Granada a los  Reyes Catolicos). Fue destruida en el siglo XVI con la llegada de los cristianos y nunca se reconstruyó, sus restos han sido visibles hasta los años cuarenta del siglo XX.

Faro

En 1906 el ministerio de fomento español propuso la construcción por cuenta de España de un faro en el Cabo Tres Forcas, pero dicho proyecto no se materializó y la construcción no comenzó hasta 1909. El 7 de octubre de 1909 salió de Melilla una columna a las órdenes del comandante Cos Gayán formada por dos compañías de infantería del regimiento África, una sección de caballería del escuadrón de Melilla, y otra de ingenieros y soldados de la policía indígena.  Siguiendo a la columna por la costa iban el cañonero "General Concha" y el remolcador de la Junta de Obras del Puerto "Victoria". Les acompañaba el ingeniero del Servicio Central de Señales Marítimas Guillermo Brockmann, responsable  de decidir la ubicación del faro y dirigir los trabajos de su instalación. Mientras se construía el edificio definitivo del faro, se instaló una luz provisional para así empezar a dar servicio.  Los primeros fareros titulares de Tres Forcas fueron Emilio Pérez Castillo y Vicente Rivas García, este último procedente del faro de la isla de Alborán.
Morabito Sidi Ahmen, faro al fondo

Instalación militar de la época española

En la   tarde de ese mismo día se instaló una posición atrincherada quedando guarnecida por una compañía de infantería. Su misión era vigilar y proteger las obras del faro y se comunicaba mediante  heliógrafo con Melilla, de donde recibía los suministros por vía marítima.
Morabo de  Sidi Ahme
El culto a “los morabitos” (personas cuya santidad es popularmente  reconocida), viene de las creencias preislámicas. Por extensión, la misma palabra designa el lugar donde vivió un morabito (especie de ermita), o la tumba de un personaje de estas características que se venera popularmente. En la actualidad el Morabitismo no está permitido por determinados sectores del islam. Aunque es una tradición muy arraigada que se sigue practicando.

Playa de los andaluces

Cala Blanca
Está situada en la punta del cabo. Los rifeños le dan  popularmente  este nombre. Parece ser que en esta playa desembarcaron multitud de musulmanes andaluces tras la expulsión de los moriscos granadinos.

Nador

Es la capital de la provincia de Nador y se encuentra a unos 15 km al sur de Melilla. Aunque estuvo habitada  desde antiguo, la ciudad actual fue fundada por los españoles en 1908 con el inicio de la explotación de los yacimientos mineros de Uixan (Compañía Española de Minas del Rif S.A.). La minería trajo consigo un aumento  de la población y en los años 20 las autoridades  españolas llevaron a cabo un plan urbanístico de la ciudad de amplias calles  y  diseño ortogonal. En 1934, el Gobierno español hizo de Nador la capital de la provincia de Quert, que discurría desde el río Muluya hasta el Nekor,  y era la  más grande  del Protectorado.

 
Cueva de las Palomas
Cabo del Agua

 Se encuentra en la localidad de Ras Kebdana, población de pescadores que fue  fundada por los españoles. Desde aquí se puede disfrutar de una espléndida vista de las Islas Chafarinas.

Las islas Chafarinas

 Fueron ocupadas por una expedición española en enero de 1848, hasta entonces, no pertenecían a nadie. Este archipiélago situado en la zona meridional del mar de Alborán,  de origen volcánico, se compone de tres islas: Isabel II, Congreso y Rey Francisco.
    Isabel II, es la única que ha sido habitada, (si exceptuamos la época prehistórica). En ella se encuentra actualmente una posición militar y, dada la riqueza natural del archipiélago, un observatorio biológico dependiente del Ministerio de Medio Ambiente.
Sólo pueden acceder a las islas los militares que estén destinados allí, el personal dependiente del ministerio de medioambiente y, los científicos a los que se les haya concedido permiso para llevar a cabo algún proyecto en el entorno de las islas.
    En la isla del Congreso se encuentra el yacimiento arqueológico  El Zafrín, un poblado neolítico del V milenio a. C. 
    En Rey Francisco está el cementerio, ya que Chafarinas estuvo habitada por población civil hasta 1972.
En Chafarinas vivió su época final, “PELUSO”, la última foca monje del mar de Alborán.
Tras pasar una semana desde que salimos hasta nuestra vuelta a casa. Nos vamos con la sensación de que esta ha sido la primera, pero no la única vez que disfrutaremos de estos paisajes,  paisanajes, gastronomía…
Sin duda volveremos.

martes, 19 de diciembre de 2017

La Segarra, tierra de secano y de castillos

En el interior de Cataluña  encontramos una extensa comarca de tierra árida, con llanuras y colinas, cargada de historia y de leyendas,  La Segarra.  Aunque la comarca tiene unos límites oficiales, hay una Segarra más extensa que comprende también el Alt Anoia y el Alt Gaia, subcomarcas de la Anoia y de la Conca de Barberá, pero que por historia o por orografía  podrían pertenecer a la Segarra. 

El paisaje es un poco agreste, con campos de cereales en lo llano y en los bancales que se forman ladeando las pequeñas estribaciones montañosas, almendros que solamente quedan en lugares donde no molestan, también olivos en algunas zonas, y pequeños bosques de pinos, encinas o robles. En su día abundaba la viña, pero hoy en día no quedan más que muestras aisladas. 
Preferentemente en las lomas, se fueron formando núcleos de población, con fortificaciones en las cimas, aunque también en el llano se construyeron torres y castillos, ambos tenían en común una gran visión del territorio, muchas veces el paisaje se pierde en las grandes montañas del Pirineo. 

La historia la podemos empezar con los poblados ibéricos que luego fueron convertidos en municipios romanos. El más destacado de ellos es la actual Guissona, antigua Iesso.  
Para reivindicar su historia celebra cada mes de julio la Bacanal romana, con un mercado romano y otras actividades inspiradas en aquella época.
Gran parte del atractivo turístico tiene un origen medieval,a partir del siglo IX se extiende la arquitectura militar. Fue frontera durante siglos y ello propició las construcciones de defensa, torres, castillos e Iglesias que formaban conjuntos medievales con calles porchadas y murallas integradas en los habitáculos. 
Una pequeña joya es Montfalcó Murallat, una aldea con muralla de una sola entrada, en el municipio de Olujes.
Otro conjunto medieval  muy interesante es el pueblo de Sanaüja con una elegante plaza de porchos. 


 Y edificios más aislados son la Torre de Valfermosa, de una altura excepcional  y la Torre de Mejanell, una masia señorial , hoy convertida en alojamiento rural en el municipio de Estarás.
Mención aparte merecen los castillos, algunos ya desaparecidos.  A partir del siglo XVI varios castillos se transforman en Palacios señoriales  y ello ayudo mucho en su conservación, son los casos de Aranyó, Castellemeia, Montcortés o Concabella.  Algunos  tienen una gran presencia exterior, como los de Les Sitjes o el de Pallargues. Otros  ponen la elegancia en su interior como los de Vicfred o de Florejacs.



Otro lugar destacado de la comarca es el Monasterio barroco de Sant Ramon Nonat. La leyenda  del Santo es larga, desde su nacimiento en el pequeño pueblo de Portell y hasta su muerte en Cardona. Las disputas  por su cuerpo hicieron que una mula ciega lo llevara hasta pocos quilómetros de su lugar de nacimiento. Junto a la ermita de San Nicolás, pereció la mula y a partir de este hecho se construyó el Monasterio mercedario con el cuerpo del santo, que desaparició durante la Guerra Civil del 36. 

Pero lo más conocido de la Segarra es su capital, Cervera. 
Destaca su calle Mayor, con varios edificios nobles, que finaliza en la Plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento y la Iglesia de Santa María, un mágnífico templo gótico,. O el “Carreró de les bruixes”, un oscuro callejón que discurre paralelo entre la muralla y la citada calle Mayor, con una leyenda medieval que queda plasmada cada año en una fiesta que se celebra a finales de agosto y atrae a muchos foráneos, el Aquelarre. Otro edificio muy característico de la Ciudad es la Universidad, con elementos barrocos. Durante 135 años fue la única universidad de Cataluña y llego a tener más de dos mil estudiantes. Fue una concesión de Felipe V por haberlo  ayudado en la Guerra de Sucesión.


Actualmente la comarca se halla bien comunicada, por ella discurren las autovias que unen Barcelona con Lleida y Girona con Lleida. Aunque los pequeños nucleos han quedado bastante despoblados, la ganaderia y la agricultura siguen siendo los medios de vida más frecuentes, pues los intentos de instalar grandes industrias han fracasado en diferentes ocasiones. Unicamente en Guissona  una gran industria ligada a los sectores productives de la comarca se ha consolidado desde hace años.  



jueves, 2 de noviembre de 2017

Trinidad, el pasado colonial de Cuba

Trinidad, el pasado colonial de Cuba



Trinidad es un lugar indispensable para conocer el pasado colonial y esclavista cubano. No obstante, pasa por ser el conjunto colonial mejor conservado de la Isla.
En su día, los propietarios agrícolas, enriquecidos con la caña de azúcar, levantaron grandes mansiones, palacios y casonas, ahora muchas de ellas se ha convertido en museos y galerías de arte. Bueno, ellos ponían el dinero, porque los esclavos africanos ponían el trabajo y los pequeños detalles, ya que cuando era una ciudad opulenta y con aires aristocráticos solo los negros realizaban trabajos manuales.  
La ciudad invita a pasear y comer rico marisco en alguno de los restaurantes con música en directo, aunque su empedrado resulta bastante incómodo para caminar. Fachadas de colores y los típicos coches de los años 50, le dan alegría a sus calles, que adquieren un color especial a la puesta del sol.
Varias iglesias y antiguos conventos realzan el aire señorial de un pasado próspero, la Iglesia de la Trinidad y la Plaza Mayor son símbolos de una época, y la torre del convento de San Francisco, lo es de toda la ciudad a destacar por su altura.
Y a pocos quílómetros, la playa de Ancón, una de las mejores de la Isla, ideal para relajar los pies, molestos por aquel empedrado.